Nunca Volverán A Importar

Nunca Volverán A Importar

Desde mi venta te observo, al cruzar la calle;
caminas con los labios ligeramente abiertos,
como si me invitaras a detenerte un instante
y me permitieras disfrutar de tus dulces besos.

Ante mis ojos se refleja una extraña sensación,
que consigue engañarme, llevándome cada vez
a que te siga el juego del coqueteo en instantes,
despertando repentinamente de esa emoción.

Con el recuerdo del dolor que me provocas,
desvío tristemente mis pupilas hacia el suelo,
sabiendo que no es el rencor lo que me mueve,
sino el no comprender que tu ya no me amas.

Te llevaste los momentos de alegría compartida,
las sonrisas e ironías que nadie más comprendía,
todos esos sueños que juntos pensábamos realizar
y nuestra vida, unida por siempre frente a un altar.

De repente, en un segundo borraste los recuerdos,
juraste que no ocurrieron y así que nada existió,
que nuestra historia, es solo un relato que se contó
y que tú ni siquiera fuiste quien lo protagonizó.

¿Qué fue de esa alegría cada vez que me besabas?
memorizaste los movimientos de mi boca al enfadar,
sabías lo que querían decir antes de empezar a hablar
y ahora eso no importa, ni nunca volverán a importar.



Alejandro Mecalco Zamudio
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